Amalia (novela)
Amalia es una novela del argentino José Mármol (1817-1871) cuya primera parte fue
publicada en 1851, en forma
de folletín, en el diario La Semana de Montevideo. Interrumpida la
publicación por el pronunciamiento
de Urquiza, que daba nuevo impulso a la lucha contra Rosas, apareció finalmente en
forma de libro en Buenos Aires en 1855, con la adición de los ocho últimos
capítulos. Cronológicamente es considerada la primera novela rioplatense.
La anécdota
desarrollada por Mármol ha sido bastante transitada en literatura. Relata el
amor entre un hombre y una mujer jóvenes, que se malogra por causas ajenas a su
relación; en el caso, la situación de violencia política que termina en la
muerte violenta de la pareja. El marco histórico es la ciudad de Buenos Aires
en el llamado “año del terror” de 1840 (entre el 4 de mayo y el 5 de octubre). Los enfrentamientos entre federales y unitarios, los
primeros partidarios de una organización federativa del Estado, populistas y
americanistas, los segundos aristocratizantes, intelectuales y europeístas,
sostenedores de un Estado centralizado, han producido largos años de guerras
civiles. Ello desemboca en un enfrentamiento a muerte entre el gobernador de la
provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, hombre
fuerte de la Confederación Argentina y encargado
de sus relaciones exteriores, y sus enemigos interiores y exteriores: las
fuerzas unitarias al mando de Juan Lavalle, el ilegítimo gobierno de la República Oriental del Uruguay, defendido
por los exiliados argentinos, y la escuadra francesa de ultramar, interesada en
la apertura del comercio y en una eventual ocupación y recolonización de
territorios de la antigua América española. Los jóvenes de la Asociación de Mayo, un grupo de intelectuales que pretendía ponerse por
encima de ambos partidos, terminaron por atraerse las sospechas y al fin la
persecución de los federales en el gobierno.
La historia
comienza por un fallido intento de huida clandestina a Montevideo de Eduardo
Belgrano, un joven militar amigo de Daniel Bello, personaje que según muchos
críticos es una representación del ideólogo de la Asociación de Mayo, el poeta Esteban Echeverría. Belgrano
es herido malamente en la intentona, y Bello logra salvarle la vida y llevarlo
a casa de su prima Amalia, una viuda tucumana de apenas veinte años que tiene
una quinta en Barracas, en las
afueras de Buenos Aires. Belgrano permanece allí escondido mientras se suceden
muchas peripecias en la ciudad y sus alrededores, lo cual da oportunidad al
autor para presentar el accionar de distintas figuras históricas como el
gobernador Rosas, su hija Manuelita, su hermana Agustina Rosas, su cuñada
Josefa Ezcurra, el representante inglés míster Mandeville, funcionarios,
personeros y bufones del régimen de Rosas. Belgrano y Amalia deciden casarse
para, una vez repuesto él de sus heridas, huir los dos a Montevideo. Sin
embargo, esbirros de la Sociedad
Popular Restauradora, la famosa Mazorca (fuerza de choque del gobierno
rosista) irrumpen en la quinta y los matan a los dos.
El relato de
Mármol (escrito, por otra parte, en el exilio de Montevideo) está fuertemente sesgado.
Los malvados son solamente los federales, que no parecen tener ninguna razón
sólida que esgrimir en defensa de sus posiciones políticas o de sus acciones
concretas. Los federales de la masa parecen actuar más que nada por odio de
clase, envidia y fuertes sentimientos de inferioridad ante las personas cultas
y acomodadas, y son guiados por un caudillo y una clase política de
inclinaciones francamente criminales y hasta sádicas. Esta cargazón de tintas
le fue ya señalada a Mármol en su época, entre otros por Lucio V. Mansilla, que sin embargo era hijo de una de
las figuras "rosistas" mejor tratadas en la novela, la bella y
distinguida Agustina Rosas de Mansilla.
Por su argumento
mismo, y por el estilo en que ha sido escrita la historia, Amalia
puede ser considerada una de las más evidentes señales que ayudan a desentrañar
el carácter exclusivista y antipopular de una parte significativa de la
producción argentina de ficción y, por consiguiente, de la actitud vital y
política de sus creadores. Esa misma característica identifica al cuento El matadero de Esteban Echeverría, al Facundo
de Sarmiento y a una parte sustancial de la producción narrativa de los siglos
XIX y XX, y sus ecos se encuentran hasta en "El Sur", el famoso
relato de Jorge Luis Borges. Por contrario sensu, desde
la acera política opuesta pueden encontrarse resonancias de esa actitud de
menosprecio en textos como "Esa mujer" de Rodolfo Walsh o "El niño peronista" de Osvaldo Lamborghini.
Más allá de
tan evidentes sesgos, la novela de Mármol, sin duda lo mejor de su obra, sigue
siendo muy legible, a pesar de una minuciosidad descriptiva inevitable en una
obra literaria de la época.
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