Período cafetalero (1830-1900).
En El
Salvador a fines del siglo XIX (1870-1900), el cambio
económico más importante fue el desarrollo de nuevas actividades productivas en
el área rural, tales como la minería y el café. De estos productos, el café fue
el producto de exportación de mayor crecimiento y el que más ganancias generó
para los productores, beneficiadores y comerciantes.
El Salvador
desde los tiempos coloniales había producido café, pero no en cantidades
suficientes para suplir la demanda local. Se le adjudica al brasileño Antonio Coelho, que fue contratado para difundir los métodos de
enseñanza lancasterianos en la década de 1830, haber traído al país las técnicas modernas de cultivo del café. La
posibilidad de exportar este producto se observó hasta finales de la década de 1840. En este mismo año, la producción
de café se volvía más atractiva porque los precios del añil se encontraban en
un punto bajo inexplorado hasta entonces. En 1848 se registró el precio del añil más bajo de toda la década por lo que los
productores andaban preocupados por encontrar un producto que pudiera sustituir
al añil. Pero los precios del añil mejoraron en las décadas siguientes y,
aunque permaneció el interés por el café, el añil siguió siendo un producto de
exportación factible.
Entre 1860 y 1880 el cultivo del café tomó un impulso mucho mayor y durante los años de 1864 y 1881 las exportaciones se multiplicaron extraordinariamente.
En El
Salvador donde la agricultura tradicional estaba muy arraigada, la introducción
del café que
requería técnicas de cultivo más complejas representaba un problema serio. La
introducción de la nueva tecnología agrícola, el hecho de que el café era una
planta que daba frutos hasta después de tres o cuatro años, y las nuevas formas de organizar el
trabajo, significaba que los productores tenían que aprender nuevas maneras de
financiar su cosecha.
Hacia fines
del siglo XIX, en El
Salvador existían grandes beneficios que procesaban el café cosechado en fincas
de menor escala; así como exportadores de café con conexiones en Europa y Estados Unidos quienes se encargaban de la
distribución y el transporte. Fue de esta forma como el café se convirtió en un
negocio multidimensional del cual dependía el bienestar de una parte de los
ciudadanos salvadoreños. El impulso del gobierno a la actividad cafetalera se
manifestó hasta en el calendario escolar anual donde los meses de Diciembre y
Enero, son vacaciones para lograr que la población sobre todo del área rural,
se convirtiera en mano de obra disponible para los cafetaleros.
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