La educacion es el mejor regalo que le podemos dar a las futuras genraciones
La Última Guinda (José Rutilio Quezada)
Reseña 
La
 Última Guinda es una novela salvadoreña de tendencia izquierdista, 
escrita José Rutilio Quezada. El tema sobre el que gira la obra es la 
vida de una joven salvadoreña, quien aspira estudiar Medicina en la 
Universidad Nacional. Su vida tranquila da un giro de 180 grados cuando 
sus estudios se ven frustrados debido a los constantes disturbios de la 
Universidad Nacional. Esto lleva a su madre a tomar la decisión de 
viajar a Estados Unidos, un viaje del cuál la protagonista decide 
regresar renunciando al asilo político para luchar por la causa de la 
guerrilla en El Salvador.
La obra inicia en la antesala de la 
guerra, los primeros grupos guerrilleros se están formando y ocurren las
 primeras matanzas por parte del gobierno. Se mencionan eventos 
característicos de los años setenta, como la celebración de Miss 
Universo. Dicha celebración es satirizada con la siguiente frase “Miss 
Universo, otro intento de penetración yanqui. La oligarquía se divierte 
viendo cueros mientras el pueblo anda en cueros”. El autor no participa 
en la obra, por ese motivo crea una gran cantidad de personajes con que 
nos podemos imaginar fácilmente sin mayor descripción, tales como “El 
viejo verde de la esquina”, “El Choco Fred”, “Cornelia, la vieja 
chambrosa”. No obstante José Rutilo Quezada menciona a personajes 
secundarios muy variados, desde profesores de universidad hasta 
campesinos orejas. La narración de la obra es realizada en primera 
persona de parte de la protagonista: Zenaida.
Los personajes de 
la obra son ficticios, sin embargo es fácil imaginarnos que hubieron 
personas con experiencias similares durante la guerra. Los eventos 
políticos y sociales que se narran en la novela son ciertos, también los
 lugares donde ocurren los eventos existen o existieron en realidad en 
el país. Muchos eventos históricos del país, que antes veíamos 
completamente ajenos, tan solo como unos párrafos en los libros de 
sociales, dejan de serlo tras leer la obra, ya que se interna la 
experiencia de haberlos vivido tal como lo describen los personajes de 
la obra.
La novela gira alrededor de la guerra, sin embargo ésta 
no se vuelve una narración monótona ya que José Rutilio Quezada logra 
incorporar en una misma novela los temas del amor, la guerra, la muerte y
 la emigración de manera casi perfecta en que es difícil distinguir 
donde comienza un tema y termina el otro. De hecho, el no hace 
distinción.
Ya que la obra abarca muchos aspectos de la vida 
salvadoreña, desde la vida universitaria y profesional hasta la vida 
guerrillera. El lenguaje utilizado por los personajes varía, desde 
palabrerío complejo como “Una gruesa cutícula a base de celulosa les 
permite retener el agua en los tejidos evitando la transpiración 
excesiva” (p. 47), dicho por un profesor de la Universidad Nacional al 
referirse a los cactus del desierto; hasta frases coloquiales como 
“Párese un ratito para darle una sobada” (p. 112). Es esta variedad la 
que hace peculiar la lectura de esta obra.
La amplia variedad de 
temas tratados en la obra y el extenso vocabulario utilizado por el 
vocabulario hace al lector tener la satisfacción de “saber que se conoce
 algo más” al finalizar la obra. Entre los conocimientos que aporta esta
 obra al público en general están muchos detalles de cultura general, 
tecnicismos utilizados por la guerrilla y eventos históricos del país.
Una
 de las características de la obra es que está escrita sin respetar el 
orden cronológico de los eventos, se llevan constantemente hasta tres 
etapas de la vida de la protagonista simultáneamente. Su vida en la 
universidad, su vida como combatiente y su vida cuando huye del país 
junto a su madre. Para complicar más el orden de los eventos, muchas de 
las escenas en el campo de batalla están plagadas de constantes 
“flashbacks”. No es hasta llegar al final de la obra que todas estas 
historias se entrelazan y se comprende el orden en que realmente 
ocurrieron los eventos. Esto sin embargo no es el punto débil de la 
obra, ya que el lector experimenta un grato sentido de satisfacción al 
comprender gradualmente como las diversas narraciones en tres períodos 
de tiempo distintos terminan uniéndose. Al contrario de una obra 
tradicional, en la cuál solo existe la duda de “¿qué ocurrirá después?”,
 José Rutilo Quezada plasma la novela de una manera tan peculiar que nos
 genera muchas interrogantes durante la lectura “¿cuál evento pasó 
antes?”, “¿cuál ocurrió después?” y “¿qué ocurrió entre ambos eventos?”.
Conforme
 avanza la obra empezamos a conocer que la Universidad Nacional es 
cerrada, que el novio de la protagonista (Zenaida) se une a las fuerzas 
combatientes. Y que con dolor Zenaida y su madre escapan del país con 
rumbo hacia Estados Unidos, pero no logran culminar su trayecto y 
regresan al país.
Desde la mortal demostración de estudiantes, 
Sabino, el novio de Zenaida se separa de ésta y el único contacto que 
mantienen durante un largo período es una carta, que Zenaida cargó 
consigo todos los días del resto de su vida. Hasta que la bala de un 
soldado atravesó la carta y su corazón, culminando con la vida de la 
protagonista mientras los remanentes de la sangre se entrelazaban con 
las últimas gotas de vida de la sangre de su corazón.
Un día 
Sabino regresa del campo de batalla y se refugia en el apartamento de 
Zenaida y su madre. Una vecina llamada Cornelia se percata que algo 
extraño ocurre y los denuncia con la Guardia Nacional. Sin embargo 
Sabino conocía el peligro en el que colocaba a su novia y su suegra, por
 lo que oportunamente escapó antes que llegara la Guardia.
Es 
esta situación la que lleva a su madre y Zenaida huir del país. Tras una
 larga jornada en bus, hasta el norte de México y luego atravesar el 
desierto. Fatídica jornada en la que mueren muchos tras ser abandonados 
por los coyotes. Zenaida se salva, junto a otros pocos, pero su madre 
muere. Fue encontrada al borde del delirio en el desierto, mascando la 
planta del cactus para obtener un poco de agua. El gobierno 
norteamericano decide otorgarle asilo a ella y sus compatriotas que 
viajaban con los coyotes. Sin embargo Zenaida, durante su período de 
recuperación en un hospital fronterizo, decide que su destino está en El
 Salvador. 
Aquí es cuando Zenaida decide unirse a la guerrilla, 
en parte con la esperanza de volver a ver a su novio Sabino. En la 
guerrilla Zenaida debe acostumbrarse a un nuevo estilo, y debe dejar 
aparte todas sus costumbres de “burguesita”, como la llama Sabino, 
nótese que para Sabino, vivir con estilo de “burguesita” significa vivir
 en uno de los edificios multifamiliares de la colonia Montserrat.
Y
 es que Zenaida, aunque hija de padres muy humildes, siempre la trataron
 de manera diferente. La llevaron a la Escuela y luego a la Universidad.
 Siempre la criaron como alguien especial, y no como sus vecinos de la 
‘quebrada’ que andaban descalzos y sucios. Por esto Zenaida tenía un 
aire de orgullo frente a sus compañeros, era segura de sí misma. Sabía 
que su destino no estaba en ser pobre, siempre aspiró a más: a ser 
médico. Sus aspiraciones, no obstante, nunca fueron completadas. Decidió
 luchar por el país, por ideales que al final no estaba segura que 
existieran. Tan solo lo hacía esperando el reencuentro con Sabino.
Es
 en las filas de la guerrilla cuando conoce a Andrea, Comandante Fabián,
 Orlando, Ballesttas y otros. Con los que vivirá y compartirá sus 
últimos tres años de vida. Tras participar en combates, la mayoría se 
encuentra cansado de la guerra, pero muy pocos se atreven a pedir el 
diálogo.
Las personalidades de sus “compas” son muy variadas, por
 ejemplo el Comandante Fabián estaba de cierta manera enamorado de 
Zenaida; Orlando era de lo más radical y asesinaba sin piedad mientras 
el Dr. Ballestas jamás puso un dedo sobre el arma. Andrea, sin embargo, 
fue el personaje más importante para Zenaida en su vida en la guerrilla,
 ya que ella trató a la protagonista con mucho cariño. Con amor de 
hermanas, como lo describe José Rutilio Quezada. Lo único que jamás 
logró influir en Zenaida fue en su posición de espera hacia Sabino, a la
 única persona que pensaba entregarse completamente. Sin embargo, esto 
nunca ocurrió.
El paradero de su novio queda en duda, ya que 
estaba planeado que se unieran ambos bandos en Guazapa. Pero en realidad
 nunca se unen ya que quedan rodeados por el ejército. Zenaida es la 
última de su grupo en morir. Sus últimas palabras fueron “¡Ay Dios mío… 
Me arrepiento… Perdóname!”
 
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