domingo, 27 de abril de 2014

MITOS MESOAMERICANOS DEL MAIZ

La educacion es el mejor regalo que le podemos dar a las futuras genraciones




MITOS MESOAMERICANOS DEL MAIZ
Algunas de las historias mitológicas del maíz
Son muchos y muy variados los mitos que se han originado al respecto de los orígenes de las diferentes semillas comestibles. Este fenómeno a tenido singular desarrollo en Meso América ya que el maíz es la base alimenticia de la región. Algunos de estos mitos son sorprendentemente similares a los de la mitología griega o a la de la tradición judeo cristiana. Algunos argumentan que los mitos fueron adaptados por los escribientes franciscanos, los cuales fueron los primeros en transcribir estos aspectos mitológicos. El más conocido es el Quetzalcoatl y la hormiga, sin embargo, se narrará uno menos conocido: El de la diosa Xochiquetzal y su hijo.Los nahuas creían en la diosa “Flor de Quetzal” , que para ellos era la representación de la belleza y el amor. Se contaba que el lugar donde vivía, (junto con otros dioses) era Tamoachan, una especie de paraíso, en el centro de los siete rumbos del universo y por encima de los trece cielos. El lugar estaba lleno de ríos, fuentes y árboles mágicos. Uno de esos árboles tenía la propiedad de generar sentimientos muy intensos, a cualquiera que tomara de sus frutos, pero no solo eso, sino que también representaba el equilibrio de las emociones de los dioses y sus deseos. “Flor de Quetzal” cuidaba de los hombres desde su paraíso, mientras hilaba lazos que unían de forma invisible a los dioses con los hombres y a los hombres con las mujeres. Sin embargo ella era una esposa ignorada de la lluvia, que no soportaba ni perderla ni que nadie se le acercara. Por esta razón, mientras hilaba siempre estaba protegida por unos enanos, sirvientes de la lluvia.Cansada de su encierro uno de los cabellos de flor de quetzal se desprendió de su cabeza, con la misión de traerle un poco de consuelo. No tardo en cumplir su encomienda pues encontró a un hombre que le llamaban “ niño del roble” el cual era de buen corazón. Después de unos años la diosa quedo preñada de un hijo que no era hombre ni mujer. El niño que la llenaba de alegría fue llamada Cintéotl (dios del maíz tierno), sin embargo este ser maravillosos, estaba acompañado de la tragedia.Un día de esos que son muchos para nosotros, y que solo son instantes para los dioses, llego a los lugares de Xochiquetzalli, un dios intruso “el que se inventa a sí mismo”, aquel que lleva en sus ojos una especie de “espejo humeante”, este dios sedujo a la flor. Poco tiempo después de esto, el árbol mágico del equilibrio se seco y como consecuencia, la diosa de la belleza fue expulsada del paraíso.Cintéotl creció en la tierra con el mismo amor a la humanidad que su madre. Al pasar el tiempo, el muchacho se dio cuenta de su naturaleza divina junto con el sufrimiento natural del ser humano, incrementado por la necesidad y el hambre. Comprendió que la única forma de solucionar, en algo ese sufrimiento era por medio del sacrificio. Decidió enterrarse el mismo bajo la tierra, sabiendo que después renacería. Casi en forma inmediata después de su muerte;de sus cabellos surgieron las plantas de algodón, de sus orejas y nariz salieron las semillas del fríjol, del maíz y de la punta de sus dedos diferentes especies de camotes.Los nahuas lo adoraban como un dios renaciente y constante.

 

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